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ROSA IRINA

Irina, es una mujer trabajadora, de esas que abundan en Clemencia. Tal y como ella lo sostiene, está trabajando desde hace más de 20 años, con lo que ha podido sacar a sus hijos adelante y apoyar a su marido con los gastos del hogar.

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Es una de las portadoras de los secretos culinarios de Clemencia. De lunes a viernes se levanta a las 3 de la madrugada a terminar los preparativos de los fritos que vende a escasos 200 metros del colegio, con los que se desayunan los niños y trabajadores del sector. Sabe que el negocio no genera lo suficiente, pero es consciente de que no tiene muchas opciones para mejorar su casa y criar de la mejor manera a sus tres hijos. Mientras las cosas mejoran, ella seguirá orgullosa de lo que hace, consciente de que es una de las mejores fritangueras de Clemencia. 

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